Pero su verdadero negocio era otro, digamos que la casa del Duque Fulano habia sido asaltada por tres payasos con armas automaticas. Y en respuesta, sus eficientes guardias de seguridad, habian abonado el jardin con los restos de los tres desgraciados. Pues alguien en la oficina del Gobernador avisa a "Servicios de Limpieza Ras", y apenas un minuto despues llega una llamada al numero personal de Ras, (porque el que lo necesita, lo encuentra). Y resulta que es el Conde Mengano, porque esos tres eran sus mejores hombres, o uno de ellos su sobrino, o algo asi. Y entonces iban Ras y Mathe en persona, con su propio furgón, que por fuera era igual que todos los demas. Por dentro, estaba equipado mejor que la mayoria de los hospitales de por alli (todo instalado por Ras que era un genio de la mecanica), y Mathe, que era un medico de prestigio y un talento increible, (suspendido de profesión por practicas poco eticas) aplicaba a estos cuerpos tratamientos tan caros que solo estaban al alcance de unos pocos en todo el mundo. En concreto gente como los clientes de Ras y Mathe. Que se hacian cargo de la factura y pagaban generosamente las elevadas tarifas de los Levantadores. Y bastaba con un corazón ansioso de volver a latir, una inyección de la droga adecuada, o una descarga precisa de energia (O a veces un corazon mecanico) y en el furgón ocurria el milagro. Y entonces se quemaba madera, o se enterraban ladrillos, y el furgón llevaba a su privilegiado pasagero, en mejor o peor estado, a un pequeño almacen en los suburbios, que ellos llamaban "la clinica". Por supuesto no siempre funcionaba, pero si con la suficiente frecuencia para que el negocio continuase en marcha.
De todos los clientes habituales de Ras, el que menos le gustaba era Voight. Era un tio frio, peligroso, y siniestro, solo verle (lo habia visto en persona una vez) y se le ponia la piel de gallina. Voight daba autentico miedo, y sus trabajos solian ser muy complicados. Pero pagaba muy muy bien. Para Ras, lo peor era, que tenia la sensación de que Voight trabajaba para alguien, y pensar en como seria ese alguien, para que una bestia como Voight le siguiese, bueno, eso superaba la imaginacion de Ras.
La "clinica" estaba situada en el territorio de una violenta pandilla de energumenos, porque en los suburbios, cada zona era de estos, o de aquellos. Una generosa donación de Ras a dicha banda los mantenia callados, y ademas ellos se ocupaban de que nadie se acercase a la clinica. (Aunque de todas formas siempre mataban a casi cualquiera que entrase en su barrio sin ser invitado). Claro que los de la banda podrian matar a Ras y Mathe, robarles todo de golpe, arrasar el garito y vender los caros equipos de diagnostico, cirugia, y servidores medicos que alli habia. Pero el trato de Ras incluia los mejores cuidados medicos disponibles, de forma gratuita, para los lideres de la banda. Asi que el trato funciona a las mil maravillas y todos ganaban.
Un par de meses en la clinica, o a veces mas, y los cadaveres eran remitidos al interesado, usualmente por su propio pie y en plenas facultades mentales. Labrarse otra vida e identidad era inevitable, pero ya no era competencia de Ras.
Llevaban un mes muy tranquilo en lo que a Levantamientos se referia, y eso preocupaba a Ras, no porque faltase dinero. Que no faltaba. Si no porque su naturaleza pesimista le llevaba a esperar al menos un dia de mierda cada semana. Y ahora llevaban casi un mes "parados". Sabia que se le venia encima una montaña de mierda y que no podria esquivarla. Asi que cuando llamaron de la oficina del Gobernador para que enviase a alguien a limpiar al peor escenario posible (una vieja base militar controlada en ese momento por una Inquisidora de terrorifica reputación) Ras tuvo un escalofrio y fue a por Mathe y su propio furgón especial... seguro que Voight estaba a punto de llamar.